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jueves, 8 de enero de 2009

La baja “percepción de justicia” dentro de la organización frena la capacidad de innovación de las empresas

De acuerdo con Innovation X-ray, el estudio sobre los factores que determinan la capacidad de innovación en las empresas, el 59% de los superiores no se desvían de los criterios establecidos por la organización para premiar a sus empleados por su aporte de ideas o soluciones, lo que hace que el comportamiento innovador del empleado se vea frenado.


El comportamiento innovador es uno de los factores que definen la capacidad de innovación de una empresa, y por él se entiende la actitud que mueve a los empleados a generar ideas que puedan aportar mayor valor al negocio y a buscar apoyos dentro de la empresa con el fin de materializarlas en soluciones. El comportamiento innovador está directamente vinculado a la:

• obligación de contribuir: más allá de las condiciones que marca cada contrato existe un contrato psicológico que marca la obligación que siente el empleado a desarrollar comportamientos que beneficien a su organización.
• obligación de innovar: la empresa debe marcar pautas y objetivos claros de innovación. Hay que desafiar a la gente a que cambie sus estrategias de trabajo para llegar a nuevos caminos.
• Gestión: Es vital la existencia de sistemas y procesos dentro de las empresas que estén dedicados a comunicar a los empleados de forma clara los resultados que espera la organización de cada empleado, así como la existencia o no de evaluaciones de desempeño justas y sistemáticas o si los empleados reciben el feedback adecuado.
• Autonomía: La libertad para tomar decisiones es fundamental para aumentar la capacidad de innovación de una empresa.

Innovation X-ray, el estudio sobre los factores que determinan la capacidad de innovación de las empresas ha medido estas variables, obteniendo las siguientes conclusiones:

“Percepción de justicia”
El 56% de las personas encuestadas durante el desarrollo del estudio señaló que los criterios de desempeño utilizados para conceder bonos y premios al cumplimiento no están comunicados claramente por sus superiores. Si estos criterios no se comunican con claridad y peor aún, no se cumplen de manera consistente, es lógico que el comportamiento de los empleados se aleje de la innovación.

Escasa aportación de los empleados

Tan sólo un 25% de los empleados se siente obligado a aportar conocimiento a su empresa, cuando la relación deseable a la que se debe aspirar, es a que la gente tenga un sentimiento importante de obligatoriedad a contribuir. Evidentemente, el sentirse “razonablemente obligado”, un 54%, no implica un gran compromiso entre el empleado y la organización.

En cuanto a la obligación de innovar, las organizaciones deben enfatizar claramente su necesidad y obligatoriedad, ya que este factor también ha demostrado tener una correlación estadística muy importante con el comportamiento innovador. Un 23% de personas han respondido que no se sienten obligados a aportar sugerencias innovadoras y un 27% a exceder las expectativas de desempeño.

viernes, 26 de octubre de 2007

La innovación vs la creatividad

¿Cuál es la diferencia entre un perfil innovador y un perfil creativo? En general, se tiende a pensar que son iguales, sin embargo, no lo son.



La primera diferencia es cuantitativa: hay mucha más gente creativa que innovadora. Simplemente, podemos contabilizar la cantidad de artistas de todo tipo que existen. Son muchos, sin embargo, pocos los que tienen éxito y en ésto yace la segunda, y más importante, diferencia.



El perfil creativo es aquel que produce ideas nuevas frecuentemente. Es más, la gente más creativa está permanentemente pensando en ideas nuevas. Y sus ideas pueden ser muy buenas. Sin embargo les falta algo, un componente imprescindible para el éxito: su capacidad de implementación. El creativo piensa, crea, produce ideas pero éstas no están atadas a resultados. Un creativo jamás piensa en términos de retorno de inversión. Un creativo imagina, crea y juega con ideas pero su capacidad de implementación es muy limitada, justamente porque en su desarrollo cerebral el lado derecho del cerebro es el que actúa permanentemente, sin dar paso al lado izquierdo, responsable del pensamiento lógico y la consecución de resultados.



Sin embargo, el perfil innovador es aquel que trabaja simultáneamente con ambos hemisferios del cerebro. Este es un perfil escaso, y de allí que las empresas hagan tantos esfuerzos por conseguir este tipo de perfil. El innovador es aquel quien, utilizando el lado derecho del cerebro es capaz de crear una nueva solución o un nuevo producto, e inmediatamente pone su lado izquierdo del cerebro en funcionamiento para que esa idea se implemente de forma que produzca resultados. Por lo tanto, podríamos decir que el perfil innovador es un creativo con los pies en el suelo, que piensa en términos de problema-solución-resultados.



Una fórmula que resulta muy efectiva para las empresas cuando carecen de perfiles innovadores, es mezclar creativos con personas más racionales y lógicas, para lograr un equilibrio entre la producción de nuevas ideas y su conversión a soluciones que resulten en beneficios para la empresa.



Sin embargo, frecuentemente encontramos en las empresas que en las reuniones de estrategia o planificación de objetivos, los creativos no aparecen. Quizá ni existan, o peor aún, estén tan frustrados con su trabajo que hayan literalmente, desconectado. Como resultante, nos encontramos con empresas que año tras año tienen un nuevo desafío de resultados y una misma estrategia de negocio, lo que en definitiva termina en una producción de resultados menores a los que se presupuestaron.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Olvídese de los expertos y contrate Ignorantes Experimentados

Si quiere innovar, contrate ignorantes experimentados

¿Alguna vez ha escuchado el refrán que dice “la ignorancia siempre es atrevida?” Pues para innovar, es necesario atreverse.

Resulta extraño ante la mirada externa que las empresas que intentan innovar para obtener mejores resultados, destacarse de su competencia, sacar nuevos productos al mercado, o en resumidas cuentas, encontrar el “tesoro escondido” que les lleve al éxito, en sus ofertas de empleo pidan gente innovadora y un mínimo de tres, cinco o más años de experiencia en puestos similares. A priori, parecerían características contrapuestas.

La innovación, según la entiendo, consta de tres fases: la disposición, la creación y la implementación. A su vez, cada fase está integrada por una serie de factores. La primera fase la componen factores como: la inquietud, la inconformidad o la incomodidad. Estos tres factores, son en realidad tres emociones. Cuando uno siente la inquietud de mejorar, la inquietud de que hay algo más que se puede hacer y que no se está haciendo, el inconformismo con una situación dada o la incomodidad de tener que hacer algo que no sabemos cómo hacerlo, nuestro cerebro comienza a imaginar soluciones, a jugar con ideas nuevas, a pensar de manera diferente.

Para innovar es necesario pasar por esta primera fase, entendiendo que las emociones opuestas –comodidad, conformismo o tranquilidad – son las mayores enemigas de la innovación. Cuando una persona posee una experiencia de cierta cantidad de años en un sector, tiende a pensar de manera estructurada en las soluciones a los problemas que se le puedan presentar. Su imaginación no se pone en marcha porque posee las soluciones, pero éstas son las ya conocidas, las ya experimentadas y las no innovadoras.

Todos los días se lanzan al mercado miles de productos y servicios nuevos, que en su gran mayoría son productos y/o servicios igual a sus hermanos anteriores pero con un empaquetamiento diferente, con pequeñas modificaciones, sin tratarse en su gran mayoría de productos realmente innovadores, diferenciadores, que realmente sean atractivos y, aunque puedan no ser necesarios, se conviertan en una necesidad para el consumidor. Esto sucede, principalmente, porque en las empresas hay gente muy capacitada, muy conocedora del negocio, con años de experiencia y poco o nada ignorante.

La ignorancia es justamente la ausencia de conocimiento. Cuando encontramos dentro nuestro un punto de ignorancia, es como descubrir oro en nuestro cerebro. ¡No sabemos, no entendemos!. Y resulta que el pensamiento racional, linear y verbal se halla en el lado izquierdo del cerebro, aquel que desde que comenzamos nuestra educación formal a los 6 años tiene mayor preponderancia. Pero cuando encontramos una laguna de conocimiento, un punto de ignorancia, nuestro tan utilizado lado izquierdo se frustra, no encuentra soluciones, se atasca y en su salvación interviene el lado derecho, el ángel de la creatividad. El lado derecho del cerebro es donde reside nuestra capacidad de interpretación, de abstracción y de pensamiento creativo. Por ello, la ignorancia puede resultar una gran habilidad para la innovación y el conocimiento profundo de un área, un obstáculo. El desconocimiento de un tema genera la necesidad de entenderlo para así superar las barreras. Y es el lado derecho del cerebro el que comienza a funcionar buscando nuevos horizontes.

Las personas con perfil innovador tienen una característica en común: su inquietud. La inquietud genera la necesidad de investigar, de adentrarse en mundos desconocidos, de absorber nuevas experiencias. Un perfil innovador busca el cambio y desafía lo establecido. Es a este tipo de personas que yo denomino ignorantes experimentados, porque generalmente poseen una gran cantidad y variedad de experiencias y no se adaptan a la rutina, pero como el conocimiento es ilimitado y ansían las nuevas experiencias serán quienes puedan tener una mirada fresca, diferente, ignorante, atrevida y experimentada a la vez ante una nueva situación. La variedad de experiencias que han vivido son las que les permiten conectar un concepto con otro, llegando a soluciones y productos realmente innovadores.