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lunes, 10 de diciembre de 2007

Factores determinantes del comportamiento innovador en el trabajo

El Prof. Nagarajan Ramamoorthy y sus colegas Patrick Flood, Tracy Slattery y Ron Sardessai de la Universidad de Houston-Victoria, desarrollaron un modelo para predecir el comportamiento innovador en el trabajo, en el cual integraron conceptos tales como el contrato psicológico, el diseño del puesto de trabajo y la justicia dentro de la organización. Más de doscientos empleados participaron en el estudio.

Los factores tales como el contrato psicológico (estilo de dirección, obligaciones contractuales no explícitas), la independencia en el trabajo y la remuneración demostraron tener un efecto directo en el comportamiento innovador en el trabajo.

Sin embargo, si bien este estudio aporta una luz en cuanto a cómo dirigir una empresa para lograr que el empleado tenga un comportamiento innovador carece, desde nuestro punto de vista, del análisis fundamental que ha de hacerse como punto de partida al estudio y se trata de las propias preferencias mentales del individuo, tal como plantea el modelo de Norman Hermann el cual analiza la dominancia de los hemisferios izquierdo o derecho en el ser humano.

En Proceso-i hemos combinado ambos estudios para entender cómo afectan los diferentes factores en cada empresa y poder elaborar así un plan coherente de innovación, tomando como punto de partida la persona y el contexto en el que actúa (la propia empresa).

Para mayor información sobre estos estudios o para realizar un análisis específico de los comportamientos innovadores en la empresa, por favor contactar con marianaferrari@proceso-i.com

martes, 4 de diciembre de 2007

Para innovar, revive momentos de tu infancia

Revivir la infancia para entrar en un “humor creativo” es una de las técnicas más conocidas y difíciles de lograr. Los niños no solamente son creativos a la hora de resolver un problema por la gran curiosidad que les despierta el mundo, sino que también son grandes innovadores, lo que quiere decir que su creatividad la utilizan para resolver problemas concretos.
Si has de pensar en una solución creativa a un problema determinado, puedes revivir tu infancia de una manera muy sencilla. Para ello, haz los siguientes ejercicios:

- Primero, determina qué edad tendrás. Ten en cuenta que el hemisferio derecho del cerebro (el responsable de la creatividad, el pensamiento no lineal y las emociones) está completamente activo hasta la edad de los 10 años aproximadamente. Sin embargo, a los seis años, cuando entramos en el cole y comenzamos a aprender matemáticas, lengua, etc...es cuando comienza la lucha por la resolución de problemas entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo (responsable de la lógica, pensamiento racional y lineal). Una buen método, no científico pero práctico para determinar tu edad sería sumando las dos cifras de tu edad actual. Por ejemplo, si tienes 42 años sumarías 4+2=6 y así decidirías por un rato revivir tus seis años.
- Segundo, compórtate como tu niño interior. Recuerda aquellas preguntas que te hacías a esa edad, cuando eras curioso, cuando tenías ilusión. Preguntas tales como “qué pasaría si...” “Por qué no...” “Cómo es posible que....”. Además intenta tener a mano un poco de plastilina o algún olor que te traiga a la memoria esa edad.
- Mantén tu “niño interior” todo el tiempo que puedas. Vete a comer con él...pide una hamburguesa, pasea por un parque, juega con legos, escucha música de niños. Como es la fecha adecuada, paséate por un centro comercial donde haya un Papá Noel y recuerda la ilusión que tenías a esa edad por las Navidades y la intriga de saber qué te traería Papá Noel.

Reviviendo tu infancia y entrando en el estado mental de un niño – cuestionándote todo lo que damos por hecho e intentando ver posibilidades donde aparentemente hay imposibilidades – podrás encontrar soluciones a problemas que tu ser adulto no te permite ver por la cantidad de información y filtros mentales que vamos añadiendo a lo largo de nuestra vida.

viernes, 9 de noviembre de 2007

La innovación: una oportunidad para los profesionales del marketing

Es sorprendente cuántos profesionales aún no saben qué es el marketing y qué valor aporta a la empresa. Algunas personas, creen que se trata de un mal necesario que aporta poco retorno en la inversión. Cierto es que algunos departamentos de marketing no generan el valor que podrían generar a la compañía, y cuando éste es el caso es porque estos departamentos no están formados por profesionales del marketing. Un ex-compañero mío CFO de una empresa de servicios financieros me explicaba que mi problema (era la responsable de Marketing) era que todo el mundo cree que sabe de marketing...efectivamente, muchos lo creen, pocos lo saben.

Peter Drucker escribió en su libro "The practice of Management", publicado en 1954 lo siguiente: "Solamente hay una definición válida del propósito de un negocio: crear un cliente. Lo que la empresa crea que produce no tiene importancia -especialmente no tiene importancia para el futuro de la empresa y su éxito. Lo que el cliente crea que está comprando, lo que considere de valor es decisivo- determina de qué se trata el negocio, lo que produce y si tendrá o no éxito."

La función de marketing es crear valor para el cliente. Si para el cliente tiene valor, la compañía tendrá éxito y eso generará valor para el accionista.

El área de marketing debe representar al cliente dentro de la empresa, analizando sus necesidades y traduciéndolas en información para el resto de los departamentos a fin de que se puedan poner en el mercado nuevas ofertas de productos, serivicios o procesos que mejoren la gestión de la compañía.

Hoy en día el cliente tiene el mundo en sus manos. Tienen muchísimo poder y están tomando el control (lo estamos tomando, somos todos clientes de muchísimas empresas) en cuanto a cómo, cuándo, dónde y qué quiere consumir. Se dice que a causa de este fenómeno los clientes son menos leales. Desde mi punto de vista, esta afirmación es una gran equivocación. Los clientes tenemos miles de opciones y somos muy fieles a aquellas compañías que nos dan soluciones a nuestra ajetreada vida, sea acercándonos un producto o brindándonos un servicio de primera categoría. Los clientes de hoy en día no son fieles a aquellas empresas cuya oferta y dista mucho de la realidad de su entrega. Pero quién no quiere ser leal a una empresa? Uno busca un proveedor de lo que sea y tiene unas expectativas en cuanto a calidad y precio del servicio/producto que nos ofrecen. Si esa calidad/precio son adecuados, estamos encantados de quedarnos, el problema es que en general el servicio al cliente es peor que malo.

Los profesionales de marketing hoy en día tienen una gran oportunidad: liderar la innovación centrada en brindar mejores soluciones a sus clientes. Es el departamento de marketing quien tiene que representar al cliente dentro de la empresa, diseñando productos o servicios que satisfagan sus necesidades y asegurando un servicio post-venta en línea con la oferta de la empresa.

martes, 6 de noviembre de 2007

Colaborar para innovar

Raramente sucede que una idea "en bruto" se convierta en un producto/servicio/proceso innovador con sentido de negocio. Frecuentemente, lo que sucede es que a una persona se le ocurre una idea y al compartirla con más gente, esa idea se va puliendo hasta convertirse en un concepto innovador con un potencial de retorno de inversión alto. Esto sucede porque las ideas en "bruto" deben ser desarrolladas, analizadas y testeadas antes de poder convertirse en conceptos innovadores de alta calidad y con un claro retorno en la inversión.
Innovar es difícil, pero gestionar la innovación dentro de la empresa es un reto aún mayor.
La creación de ideas es más efectiva cuando la gente colabora entre sí para desarrollar un concepto. La fuente original de la idea es el individuo, pero es en su desarrollo, perfeccionamiento y posterior implementación que es necesario colaborar.
Una investigación realizada por el Dr. Winston Brill, encontró que la mayoría de ideas que terminan en conceptos exitosos (productos/servicios/procesos) fueron iniciadas por una persona, generalmente trabajando a solas: el 43% de las ideas ocurren cuando las personas están solas, el 18% durante discusiones informales con varias personas y solamente un 2% en reuniones formales de equipo. Sin embargo, la idea original necesita del input y la colaboración de más gente, para que termine transformándose en un concepto con sentido de negocio.
Uno de los aspectos que parece importante tener en cuenta a la hora de colaborar para innovar es mezclar las personalidades de los participantes, ya que hay gente que tiene más talento creativo que le puede servir para crear una idea, gente que tiene más capacidad para pulir esa idea original y gente que es excelente en su posterior implementación.
Por este motivo, es importante que en el proceso de innovación de una empresa se incluyan herramientas para que la gente colabore entre sí. Un ejemplo claro de éxito en este sentido es la empresa Bristol-Myers Squibb, quien creó un espacio virtual para centralizar la generación de ideas. Este espacio fue compartido por 30.000 personas dentro de la organización. A los seis meses, los empleados habían remitido más de 5.000 ideas. Bristol-Myers dice que las ideas que ha recibido para generar más beneficios, mejorar en marketing, recortar costes y redefinir procesos se traducirán en un aumento en beneficios multi-millonario a finales del primer año. Además de beneficiarse la compañía, se benefician los propios empleados, ya que las ideas implementadas son premiadas y los empleados reconocidos por su colaboración al negocio de la empresa.
De manera similar, VISA también cuenta con un programa interno para la promoción de ideas donde los empleados son premiados por aquellas que se llevan a cabo. Sin embargo, en el caso de VISA entiendo que no tienen el proceso tan bien diseñado desde el punto de vista tecnológico como en el caso de Bristol-Myers.

viernes, 26 de octubre de 2007

La innovación vs la creatividad

¿Cuál es la diferencia entre un perfil innovador y un perfil creativo? En general, se tiende a pensar que son iguales, sin embargo, no lo son.



La primera diferencia es cuantitativa: hay mucha más gente creativa que innovadora. Simplemente, podemos contabilizar la cantidad de artistas de todo tipo que existen. Son muchos, sin embargo, pocos los que tienen éxito y en ésto yace la segunda, y más importante, diferencia.



El perfil creativo es aquel que produce ideas nuevas frecuentemente. Es más, la gente más creativa está permanentemente pensando en ideas nuevas. Y sus ideas pueden ser muy buenas. Sin embargo les falta algo, un componente imprescindible para el éxito: su capacidad de implementación. El creativo piensa, crea, produce ideas pero éstas no están atadas a resultados. Un creativo jamás piensa en términos de retorno de inversión. Un creativo imagina, crea y juega con ideas pero su capacidad de implementación es muy limitada, justamente porque en su desarrollo cerebral el lado derecho del cerebro es el que actúa permanentemente, sin dar paso al lado izquierdo, responsable del pensamiento lógico y la consecución de resultados.



Sin embargo, el perfil innovador es aquel que trabaja simultáneamente con ambos hemisferios del cerebro. Este es un perfil escaso, y de allí que las empresas hagan tantos esfuerzos por conseguir este tipo de perfil. El innovador es aquel quien, utilizando el lado derecho del cerebro es capaz de crear una nueva solución o un nuevo producto, e inmediatamente pone su lado izquierdo del cerebro en funcionamiento para que esa idea se implemente de forma que produzca resultados. Por lo tanto, podríamos decir que el perfil innovador es un creativo con los pies en el suelo, que piensa en términos de problema-solución-resultados.



Una fórmula que resulta muy efectiva para las empresas cuando carecen de perfiles innovadores, es mezclar creativos con personas más racionales y lógicas, para lograr un equilibrio entre la producción de nuevas ideas y su conversión a soluciones que resulten en beneficios para la empresa.



Sin embargo, frecuentemente encontramos en las empresas que en las reuniones de estrategia o planificación de objetivos, los creativos no aparecen. Quizá ni existan, o peor aún, estén tan frustrados con su trabajo que hayan literalmente, desconectado. Como resultante, nos encontramos con empresas que año tras año tienen un nuevo desafío de resultados y una misma estrategia de negocio, lo que en definitiva termina en una producción de resultados menores a los que se presupuestaron.

martes, 2 de octubre de 2007

Dando paso a la innovación


La innovación es importante en tu compañía, o eso se dice generalmente. Asumiendo que estás en un cargo de responsabilidad dentro de la empresa, la innovación para ti es, cuando menos, un tema a tener en cuenta. Pero analicemos por un momento, ¿qué prioridad tiene para tus empleados la innovación?
Lo más probable es que no tenga una prioridad real en su lista. En la mayoría de las organizaciónes, la gente pondrá la innovación al final de su lista de prioridades, pero por sobretodas las cosas, debajo de escribir reportes, hacer cálculos financieros, estar presente en reuniones, contestar e-mails, participar en los grupos de trabajo... definitivamente, la innovación estará muy por debajo en la lista de prioridades que aquellas actividades rutinarias y cotidianas.

Sin embargo, está claro que con lo rápido que estamos evolucionando, hay que innovar con el objetivo de diferenciarse, o por lo menos, para cumplir los objetivos de negocio que año a año son mayores y más difíciles de alcanzar.

El turno de la innovaciónHace algunos años, Wayne Morris realizó una investigación sobre los diez factores que traban la innovación dentro de las organizaciones. Encontró que el principal factor es la falta de tiempo y espacio. Dos temas cruciales. En su informe, destaca los comentarios de algunos participantes que dicen “Si solamente tuviera momentos del día sin interrupciones, eso facilitaría mi pensamiento creativo. Pero es poco frecuente encontrar ese tiempo y espacio para simplemente pensar.”

Sin embargo, considero que en el mundo desarrollado, donde trabajamos entre 35-40 horas por semana, debería haber tiempo suficiente para pensar, para innovar, para crear soluciones. ¿O acaso no hay tiempo para tomarse un café o fumarse un cigarillo? Y no es que ésto esté mal, está bien porque es necesario también tener tiempo para relajarse. Pero tiempo, hay. El tema se centra en las prioridades.Por lo tanto, el problema no está en la falta de tiempo para ser creativos. Está en que ellos creen que la creatividad es una pérdida de tiempo, o por lo menos, que hay otras tareas que han de hacerse primero. Por lo tanto, aunque el equipo de dirección diga que “la innovación es nuestra prioridad número uno”, puedo aseguraros que la mayoría de los empleados no lo ha entendido así.
¿Por qué la innovación tiene poca prioridad para algunos?

Hay varias razones. La primera y más importante es que el equipo de dirección defina claramente qué se espera de la innovación y por qué. Una definición rápida de ello sería: la innovación equivale a la implementación rentable de ideas creativas. Está claro, que dentro del proceso de innovación, si nos quedamos simplemente con la generación de buenas ideas, nunca llevadas a buen puerto, estamos perdiendo el tiempo. Y desgraciadamente, los empleados tienen la sensación de que aportar ideas es una pérdida de tiempo. Hasta que no hagamos algo por comunicar lo contrario, la mayoría de los empleados ni se preocuparán por generar soluciones, desarrollar nuevos productos, proponer nuevas formas más eficientes de organización o comercialización.

Una segunda razón es que, a menudo, ser creativo no parece trabajo real. ¿Qué quiero decir con esto? Piensa en cualquier buena idea que hayas tenido en tu vida y verás cómo no se te ocurrió estando detrás de tu mesa del despacho. Las ideas creativas surgen del intercambio con personas (charlas, frecuentemente, desestructuradas), de un paseo, de una ducha, de un momento de introspección, de leer un libro, de mirar una película, de un momento de diversión... como verás, no he nombrado ni una vez: de contestar un email, de coger una llamada, de participar en una de esas interminables reuniones. Por desgracia ninguno de estos momentos creativos, parecen justificar el sueldo de un empleado.

Una tercera razón, es que tanto creatividad como innovación son conceptos un poco ambiguos y para los que no hemos recibido ningún tipo de formación. Mientras que para cualquier empleado hacer un informe, contestarle a un cliente o trabajar en proyecciones financieras es una tarea concreta y clara, la innovación es ambigua y abstracta. Por lo tanto, prefieren centrarse en hacer aquellas tareas concretas con reglas muy claras.Sin embargo, como responsable sabes que la innovación es básica para la subsistencia de la empresa, ni qué decir para el éxito empresarial. Lo más probable es que ni tú mismo sepas muy bien cómo iniciar un proceso innovador dentro de la empresa.

Algunas sugerencias...

La imagen que aparece al principio de este artículo, es la del Proceso-i, un proceso diseñado por mí e implementado en todo tipo de empresas. Funciona.

Como dentro del mundo de la empresa estamos tan acostumbrados a trabajar con “procesos”, la formalización del proceso de innovación dentro de la empresa es crucial. Por otro lado, comunicar este proceso, es parte del éxito, ya que aquellos empleados que no consideraban la innovación como una prioridad real del equipo de dirección, verán que del discurso se pasa a la planificación.

En el Proceso-i queda claramente indicado que la primera fase de la innovación, conlleva “pensar”, ese verbo que estamos tan poco acostumbrados a practicar dentro de la empresa, ya que a cambio practicamos el “actuar”. Pero bien sabido es, que es conveniente pensar antes que actuar. Aquí queda claro. Para innovar, es necesario tener la inquietud que genera la propia necesidad, dada por la competencia, las circunstancias del mercado o por la simple y llana inquietud del comité de dirección. El inconformismo, tan desconocido para muchos, se puede desarrollar. Es importante salir de la zona de confort para dar un paso hacia delante. La incomodidad se genera naturalmente, cuando los objetivos aumentan o los recursos se recortan, dos temas habituales en la empresa actual.

Es en la identificación de oportunidades donde el cerebro empieza a actuar. Por su lado, hay que ayudar a la imaginación a aflorar. La buena noticia, es que formar a los empleados en técnicas de pensamiento creativo y en el desarrollo del comportamiento innovador es tan beneficioso para la empresa, como para la propia persona.

Para fomentar la innovación, es también importante (dentro del concreto mundo de la empresa) que se desarrolle un sistema de incentivos que de alguna manera le diga a la gente que el estado mental que se premiará será aquel que “encuentre soluciones donde antes había problemas”. Para seguir existiendo, la empresa necesita muchas pequeñas soluciones que mejoren la eficiencia y si en eso surge una gran idea ¡Cuánto mejor!

lunes, 24 de septiembre de 2007

Tener un comportamiento innovador, te ayudará a ser más feliz...

Hay quienes pueden considerar que hacer las cosas de manera diferente, o ser diferente, es un riesgo innecesario de asumir. Sin embargo, estas mismas personas frecuentemente se quejan de tener una vida rutinaria, aburrida, sin estímulos. Poseen una mirada escéptica ante la vida, no creen en nada, les parece que ya está todo hecho, dicho, visto, aprendido. Ante este escenario, yo me pregunto...¿Son felices?

Las personas innovadoras, por el contrario, tienen una vida "colorida", llena de experiencias nuevas, no se aburren, transmiten ilusión a los demás, disfrutan de lo que hacen y se centran en lo bueno, en aquello que les gusta. Fundamentalmente, considero que tienen un espíritu aventurero y extremadamente inquieto y curioso.

Creo que tener un comportamiento innovador aporta muchos más beneficios que riesgos. En la acera contraria, el perfil "ya lo sé todo", tiene la dificultad garantizada de tener una vida plana, falta de ilusión, de alegría, de nuevas experiencias...

Recuerdo a un amigo que cuando lo conocí me dijo: "yo no viviría nunca fuera de España", y en parte, yo lo entendí, porque este es un gran país para vivir. Y en ese mismo momento se me ocurrió que el beneficio que tuvo para mí cambiar de país en varias oportunidades fue el dejar atrás lo que ya no me servía de mí misma y ser y representar en el nuevo país lo que sí me gustaba y lo que sí quería para mi vida en ese momento. Se lo comenté y hace pocos días estuve con él y me reí mucho cuando me dijo que se estaba postulando en su empresa para la carrera internacional...

La felicidad es la ausencia del miedo, según dice Eduardo Punset y como yo considero que la felicidad es un camino, no un destino, te animo a que hagas de tu camino un sinnúmero de experiencias nuevas, donde habrá de las buenas y las malas, pero lo que sí es seguro que no te quedarás empantanado en la rutina.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Las luchas entre el lado izquierdo y el derecho

Nuestro cerebro, muy complejo en sí, tiene dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. A la temprana edad de seis años, cuando comenzamos nuestra educación formal, el izquierdo le ganó la batalla al derecho y se hizo cargo de nuestro aprendizaje. Desde entonces, las luchas entre los dos hemisferios son como en la política: PP y PSOE nunca poniéndose de acuerdo....
Pero resulta, que es el lado derecho el capaz de crear, de encontrar soluciones a problemas desconocidos. El Dr. Ryuta Kawashima, quien se dedicó a utilizar técnicas de diagnóstico por imágenes cerebrales para investigar la mejor forma de estimular la mente, comenta en su libro "Brain trainer" que la actividad del cerebro es muy limitada cuando intentamos resolver problemas complejos, encontrando una inactividad total en el lado derecho. Sin embargo, al resolver problemas de cálculo muy sencillos rápidamente, ambos hemisferios del cerebro trabajan de forma muy activa. Podríamos decir que cuando nos enfrentamos a un problema desconocido, nuestro cerebro se "atasca".
El lado izquierdo del cerebro es el lógico, racional y de pensamiento lineal. Es el encargado de resolver problemas como: se me rompió el coche, voy al mecánico. Pero cuando se enfrenta a problemas desconocidos, como la necesidad de pensar de forma diferente para llegar a un nuevo resultado, o para desarrollar un nuevo servicio, o lanzar una campaña de marketing, o conseguir clientes nuevos, o enfrentarte a los primeros ataques de rebeldía de tu hijo adolescente, se "atasca" literalmente y es incapaz de proveerte una solución sencilla.
Pero a estas alturas del partido cuando llevamos decenas de años sin prácticamente darle cabida a nuestro "ángel creativo", o lado derecho del cerebro, es difícil despertarlo. ¿Cómo lo hago? Fácil. Tengo mis trucos para entrenarlo y despertarlo. Uno muy sencillo es el que propone el Dr. Ryuta Kawashima, hacer ejercicios de cálculo muy sencillos. En España encontramos su libro publicado, que creo que es muy útil o sino, puedes buscarlo en google y encontrarás muchas descargas para el móvil, la pda o el ordenador.
En resumidas cuentas...te encuentras ante un problema para el que no tienes una solución inmediata. Haz estos simples ejercicios de cálculo durante dos minutos. Activarás tu lado derecho del cerebro. Luego, vuelve a tu problema y encontrarás que es más sencillo hallar la solución.
Más trucos...todos los días en este blog.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Olvídese de los expertos y contrate Ignorantes Experimentados

Si quiere innovar, contrate ignorantes experimentados

¿Alguna vez ha escuchado el refrán que dice “la ignorancia siempre es atrevida?” Pues para innovar, es necesario atreverse.

Resulta extraño ante la mirada externa que las empresas que intentan innovar para obtener mejores resultados, destacarse de su competencia, sacar nuevos productos al mercado, o en resumidas cuentas, encontrar el “tesoro escondido” que les lleve al éxito, en sus ofertas de empleo pidan gente innovadora y un mínimo de tres, cinco o más años de experiencia en puestos similares. A priori, parecerían características contrapuestas.

La innovación, según la entiendo, consta de tres fases: la disposición, la creación y la implementación. A su vez, cada fase está integrada por una serie de factores. La primera fase la componen factores como: la inquietud, la inconformidad o la incomodidad. Estos tres factores, son en realidad tres emociones. Cuando uno siente la inquietud de mejorar, la inquietud de que hay algo más que se puede hacer y que no se está haciendo, el inconformismo con una situación dada o la incomodidad de tener que hacer algo que no sabemos cómo hacerlo, nuestro cerebro comienza a imaginar soluciones, a jugar con ideas nuevas, a pensar de manera diferente.

Para innovar es necesario pasar por esta primera fase, entendiendo que las emociones opuestas –comodidad, conformismo o tranquilidad – son las mayores enemigas de la innovación. Cuando una persona posee una experiencia de cierta cantidad de años en un sector, tiende a pensar de manera estructurada en las soluciones a los problemas que se le puedan presentar. Su imaginación no se pone en marcha porque posee las soluciones, pero éstas son las ya conocidas, las ya experimentadas y las no innovadoras.

Todos los días se lanzan al mercado miles de productos y servicios nuevos, que en su gran mayoría son productos y/o servicios igual a sus hermanos anteriores pero con un empaquetamiento diferente, con pequeñas modificaciones, sin tratarse en su gran mayoría de productos realmente innovadores, diferenciadores, que realmente sean atractivos y, aunque puedan no ser necesarios, se conviertan en una necesidad para el consumidor. Esto sucede, principalmente, porque en las empresas hay gente muy capacitada, muy conocedora del negocio, con años de experiencia y poco o nada ignorante.

La ignorancia es justamente la ausencia de conocimiento. Cuando encontramos dentro nuestro un punto de ignorancia, es como descubrir oro en nuestro cerebro. ¡No sabemos, no entendemos!. Y resulta que el pensamiento racional, linear y verbal se halla en el lado izquierdo del cerebro, aquel que desde que comenzamos nuestra educación formal a los 6 años tiene mayor preponderancia. Pero cuando encontramos una laguna de conocimiento, un punto de ignorancia, nuestro tan utilizado lado izquierdo se frustra, no encuentra soluciones, se atasca y en su salvación interviene el lado derecho, el ángel de la creatividad. El lado derecho del cerebro es donde reside nuestra capacidad de interpretación, de abstracción y de pensamiento creativo. Por ello, la ignorancia puede resultar una gran habilidad para la innovación y el conocimiento profundo de un área, un obstáculo. El desconocimiento de un tema genera la necesidad de entenderlo para así superar las barreras. Y es el lado derecho del cerebro el que comienza a funcionar buscando nuevos horizontes.

Las personas con perfil innovador tienen una característica en común: su inquietud. La inquietud genera la necesidad de investigar, de adentrarse en mundos desconocidos, de absorber nuevas experiencias. Un perfil innovador busca el cambio y desafía lo establecido. Es a este tipo de personas que yo denomino ignorantes experimentados, porque generalmente poseen una gran cantidad y variedad de experiencias y no se adaptan a la rutina, pero como el conocimiento es ilimitado y ansían las nuevas experiencias serán quienes puedan tener una mirada fresca, diferente, ignorante, atrevida y experimentada a la vez ante una nueva situación. La variedad de experiencias que han vivido son las que les permiten conectar un concepto con otro, llegando a soluciones y productos realmente innovadores.