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martes, 6 de noviembre de 2007

Colaborar para innovar

Raramente sucede que una idea "en bruto" se convierta en un producto/servicio/proceso innovador con sentido de negocio. Frecuentemente, lo que sucede es que a una persona se le ocurre una idea y al compartirla con más gente, esa idea se va puliendo hasta convertirse en un concepto innovador con un potencial de retorno de inversión alto. Esto sucede porque las ideas en "bruto" deben ser desarrolladas, analizadas y testeadas antes de poder convertirse en conceptos innovadores de alta calidad y con un claro retorno en la inversión.
Innovar es difícil, pero gestionar la innovación dentro de la empresa es un reto aún mayor.
La creación de ideas es más efectiva cuando la gente colabora entre sí para desarrollar un concepto. La fuente original de la idea es el individuo, pero es en su desarrollo, perfeccionamiento y posterior implementación que es necesario colaborar.
Una investigación realizada por el Dr. Winston Brill, encontró que la mayoría de ideas que terminan en conceptos exitosos (productos/servicios/procesos) fueron iniciadas por una persona, generalmente trabajando a solas: el 43% de las ideas ocurren cuando las personas están solas, el 18% durante discusiones informales con varias personas y solamente un 2% en reuniones formales de equipo. Sin embargo, la idea original necesita del input y la colaboración de más gente, para que termine transformándose en un concepto con sentido de negocio.
Uno de los aspectos que parece importante tener en cuenta a la hora de colaborar para innovar es mezclar las personalidades de los participantes, ya que hay gente que tiene más talento creativo que le puede servir para crear una idea, gente que tiene más capacidad para pulir esa idea original y gente que es excelente en su posterior implementación.
Por este motivo, es importante que en el proceso de innovación de una empresa se incluyan herramientas para que la gente colabore entre sí. Un ejemplo claro de éxito en este sentido es la empresa Bristol-Myers Squibb, quien creó un espacio virtual para centralizar la generación de ideas. Este espacio fue compartido por 30.000 personas dentro de la organización. A los seis meses, los empleados habían remitido más de 5.000 ideas. Bristol-Myers dice que las ideas que ha recibido para generar más beneficios, mejorar en marketing, recortar costes y redefinir procesos se traducirán en un aumento en beneficios multi-millonario a finales del primer año. Además de beneficiarse la compañía, se benefician los propios empleados, ya que las ideas implementadas son premiadas y los empleados reconocidos por su colaboración al negocio de la empresa.
De manera similar, VISA también cuenta con un programa interno para la promoción de ideas donde los empleados son premiados por aquellas que se llevan a cabo. Sin embargo, en el caso de VISA entiendo que no tienen el proceso tan bien diseñado desde el punto de vista tecnológico como en el caso de Bristol-Myers.

1 comentario:

Unknown dijo...

De acuerdo contigo. Pero la realidad es que cuando hablamos de Innovación, con mayúsculas, lo que tenemos en la cabeza es ideas "puestas en valor" que tengan carácter lo más radical o rupturista posible. Los programas de ideas son extraordinarios para la generación de ideas incrementales, de mejora de procesos generalmente, pero para obtener mejoras mucho más radicales creo que es más efectivo la utilización de técnicas de generación de ideas en un entorno colaborativo 'dirigido' y sistematizado que desarrolle los retos que se planteen de una manera más sistematizada pero sin coartar la creatividad.